

Exploramos desde la histeria en México hasta la historia bélica y la prevención contra las chinches estas pequeñas de indeseables invasoras
¡La UNAM ha vuelto a ser noticia, pero esta vez no por una enfermedad contagiosa ni por una invasión de ardillas rebeldes! La Ciudad de México se ha visto sacudida por la histeria colectiva, ¡todo gracias a unos diminutos e indeseables intrusos que no son ni remotamente lindos! ¿Adivinan de quiénes estamos hablando? ¡Exacto, de las chinches!
A pesar de que las autoridades y la propia Universidad han descartado la idea de que se trate de una plaga, la población no ha podido evitar entrar en modo “pánico total”. Es importante señalar que, a diferencia de otros bichitos desagradables como piojos, garrapatas y pulgas, las chinches no transmiten enfermedades y tampoco se reproducen en los seres vivos. Entonces, ¿qué es lo que hacen?
Estas pequeñas criaturas, además de causar escalofríos y repugnancia, tienen un apetito insaciable por la sangre y se aprovechan principalmente de nosotros durante la noche. Durante el día, se ocultan en su forma plana, alargada y redonda. Cuando se alimentan, dejan detrás de sí picaduras que son extremadamente molestas, notorias e incómodas.

El primer avistamiento reportado de estas escurridizas criaturas ocurrió en la Estación 12 del Metro, en la Línea Dorada. Usuarios asombrados afirmaron haber visto a estos insectos haciendo de las suyas en los vagones. Luego, los estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNAM también informaron sobre la presencia de chinches en su plantel, pero parece que sus quejas cayeron en oídos sordos; sin embargo, el miércoles pasado, finalmente se tomaron en serio la situación, y las facultades de Química, Veterinaria, Derecho y la Facultad de Estudios Superiores Campus Aragón tomaron cartas en el asunto. Además, en otros campus académicos como la Facultad de Ingeniería, Ciencias y Odontología, se llevaron a cabo inspecciones e incluso fumigaciones para erradicar cualquier presencia de estos indeseados inquilinos.
El problema de la infestación de chinches también ha afectado a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), que se vio obligada a cancelar las clases presenciales en su campus del Centro Histórico debido a la sospecha de la aparición de chinches de cama.
¿PROBLEMAS DE TERCER MUNDO O DE LATINOS? NO, LAS CHICNES HABITAN HASTA EN LAS CAMAS MÁS PERFUMADAS
¡Pero espera, no creas que este es un problema exclusivo de México! Hace tres años, el Gobierno francés lanzó una campaña contra las chinches que incluía un sitio web específico y una línea directa de información. ¿Por qué? Porque estos chupadores de sangre se han estado multiplicando en Francia, ¡y de manera descomunal! Están invadiendo todo, desde cines hasta el transporte público y los hospitales en la Ciudad de la Luz, París.

Pero aquí no termina la historia, amigos. Este no es sólo un problema galo; es un fenómeno emergente que está afectando a casi todo el mundo, ¡incluyendo España! La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) nos ha hecho ver que la situación es seria y está en aumento.
Y si esto no te sorprende lo suficiente, algunos expertos creen que la incidencia de chinches podría haber alcanzado niveles que no se veían desde la Europa de antes de la Segunda Guerra Mundial. ¡Así que como verás estos pequeños vampiros modernos están causando un revuelo global!
CHINCHES Y PLAGAS GUERRILLERAS
¡Vamos a hacer un pequeño salto en el tiempo! Resulta que los seres humanos han estado utilizando a otros animales en sus guerras desde tiempos inmemoriales. Pero ¿sabían que incluso durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses idearon un método poco convencional para atacar a los chinos? Lanzaron bombas de porcelana llenas de insectos dañinos. ¡Vaya manera de hacer la guerra!
En realidad, a lo largo de la historia, son los ejércitos más débiles, los guerrilleros y los combatientes menos avanzados tecnológicamente, quienes han recurrido a la naturaleza para defenderse contra sus poderosos enemigos. En los años 60, durante la Guerra de Vietnam, los líderes del Vietcong desataron trampas llenas de abejas asiáticas furiosas (Apis dorsata) contra las sofisticadas tropas estadounidenses, fue un enfrentamiento épico que pasó a la historia como uno de los mayores fracasos de una potencia hegemónica en tiempos modernos.
El Vietcong se las ingenió para colocar colonias de estas abejas junto a pequeños explosivos en las rutas que seguía el enemigo, haciendo que estallaran al paso de las tropas. Si algún soldado caía en una de estas trampas, prefería enfrentar la rápida muerte causada por la explosión en lugar de sufrir el tormento de las picaduras interminables. Según Plinio, los romanos creían que bastaban 27 picaduras de avispones para matar a un hombre. En nuestros días, sabemos que una sola picadura es suficiente si la persona es alérgica, y las abejas asiáticas son especialmente dolorosas y venenosas.
CHINCHES ALTERADAS

Esta táctica de guerra fue tan efectiva que el Pentágono, desesperado por la situación en Vietnam, desarrolló su propio programa ultrasecreto de “abejas espías” para usarlas contra el enemigo. ¡Sí, lo has oído bien! Crearon una tecnología basada en feromonas que las abejas utilizan para marcar a su víctima antes de un ataque enjambre. No contentos con eso, los estadounidenses también investigaron la capacidad de las chinches asesinas para rastrear y herir a sus presas. Durante la guerra, llevaron a cabo experimentos utilizando estas letales chinches, encerradas en cápsulas especiales, para seguir la pista de los Vietcong a través de la densa selva.
A medida que la situación se volvía más desesperada, el Pentágono incluso consideró usar a estas chinches en una escala masiva debido a su increíble habilidad para detectar seres humanos a gran distancia y emitir un sonido aullante cuando localizaban a sus presas. Era la solución ideal para neutralizar la red de escondites, túneles y sistemas de camuflaje utilizados por los vietnamitas del norte para superar a los estadounidenses en la lucha en la jungla.
¿PORQUÉ LES DECIAN ASESINAS?
Pero ¿qué hacen exactamente estas chinches asesinas? Estos insectos, de cuerpo negro, patas amarillas y pequeñas manchas blancas, pueden alcanzar hasta 35 milímetros de longitud. Sus picaduras son extremadamente dolorosas y pueden causar graves reacciones alérgicas. Les llamaban “insectos besadores” porque picaban a los humanos durante la noche, en áreas como los labios y los párpados.
Curiosamente, esta no es la primera vez que estos insectos son utilizados en la guerra. En la antigüedad, los gobernantes centroasiáticos los empleaban para torturar a sus prisioneros. Y si retrocedemos aún más en el tiempo, encontramos un incidente que involucra a estos insectos en la antigua ciudad de Hatra, al sur de Mosul, en Irak, en los años 198 y 199 a.C. Los defensores “partos” lanzaron recipientes de arcilla llenos de “insectos venenosos” y voladores sobre las tropas romanas, causando heridas graves y caos entre los soldados.
Históricamente se ha identificado a estos insectos como escorpiones, pero ahora parece más probable que fueran chinches, ya que tienen alas y causan un gran dolor a través de sus mordeduras. El asedio a Hatra, marcado por las mordeduras de estas chinches, significó el inicio del fin de la guerra.
Así que, la próxima vez que te encuentres con una chinche en tu habitación, ¡recuerda que estos pequeños bichos tienen una historia fascinante, que va desde la antigüedad hasta la modernidad, y han sido utilizados tanto en guerras como en batallas de supervivencia!
NO SON MORTALES
No se preocupen, no estamos en medio de un ataque de chinches en Ciudad de México, pero es importante conocer a estos pequeños invasores.
Las chinches de cama son las culpables de las picaduras que han estado causando revuelo en las últimas semanas. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, las picaduras de chinches desaparecen por sí solas en una o dos semanas. Aunque las chinches no son conocidas por transmitir enfermedades, pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas o dejar marcas graves en la piel. Algunas personas ni siquiera notan las picaduras, mientras que otras experimentan reacciones alérgicas que, en ocasiones, pueden ser bastante intensas.
Identificar las picaduras de chinches puede ser un desafío, ya que pueden parecerse a otras picaduras de insectos o incluso a erupciones cutáneas. Por lo general, estas picaduras se presentan como ronchas (pápulas) que a menudo son más grandes de 1 cm, suelen estar acompañadas de picor e inflamación, y a menudo tienen un punto rojo más oscuro en el centro. Las picaduras suelen aparecer en grupos o en línea, principalmente en el rostro, cuello, brazos y manos.

Aquí está la sorprendente parte: las chinches pueden vivir hasta seis meses sin alimentarse y sobrevivir hasta 12 meses sin alimentarse de sangre humana. ¡Son resistentes! También, ciertos factores asociados con las viviendas modernas, como la humedad, la falta de circulación de aire, la limpieza deficiente y los muebles descuidados, proporcionan escondites ideales para las chinches.
¿Y AHORA QUIEN PODRÁ DEFENDERNOS?
Entonces, ¿cómo podemos prevenir y controlar estas invasoras no deseadas? La mejor forma de prevenir una infestación es evitar que entren en tu hogar. El saneamiento adecuado es el primer paso para controlar una infestación por chinches. Sin embargo, incluso con una higiene impecable, se han detectado casos en residencias de ancianos, hospitales, cruceros, cines, el metro e incluso aviones. Esto sugiere que mantener una buena higiene no es suficiente para evitarlas por completo.
Para controlar una infestación, lo primero que debes hacer es confirmar que realmente tienes chinches. Evita usar insecticidas domésticos, ya que pueden empeorar la situación y dispersar a los insectos, lo que los pone alerta y los hace buscar nuevos lugares en tu hogar. En muchas ocasiones, la erradicación requiere la visita de un profesional en el manejo de plagas.

Para minimizar el uso de pesticidas, es fundamental centrarse en métodos mecánicos, como aspirar y sellar grietas en muebles y paredes. Además, asegúrate de lavar la ropa de cama a una temperatura de al menos 60 ℃. En caso de infestaciones graves, podrías necesitar utilizar pesticidas, pero asegúrate de que la ropa de cama, los colchones, los tapizados y los muebles se sequen completamente antes de usarlos.
Una vez que hayas eliminado las chinches, es importante tomar precauciones para evitar una nueva infestación, especialmente al introducir muebles de segunda mano o artículos como ropa, mochilas, equipaje o ropa de cama, donde los insectos puedan esconderse y viajar “a dedo” para dispersarse y colonizar nuevos territorios.
Así que, ¡mantén tus ojos abiertos y tu hogar protegido contra estas pequeñas intrusas con estas recomendaciones útiles!
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