En una hectárea de tierra, bien drenada, se puede tener una vaca y una cabra, unos cuantos cerdos y tal vez una docena de gallinas. La cabra me puede proveer de leche cuando la vaca no me dé. Quizás podría tener incluso dos o más cabras. Más importante aún es que, con el estiércol de las vacas se abona el suelo (fertilizante natural y ecológico), de toda la hectárea, sin que se tenga que utilizar gran cantidad de fertilizantes artificiales, que de otro modo tendría que utilizar en abundancia.
La mitad de la superficie se destinará para hierba, dejando la otra mitad para los cultivos (no teniendo en cuenta el espacio que ocupa la casa y otros edificios colindantes). La mitad de la hierba podría destinarse a pastos permanentes y nunca ararlos, a no ser que se planifiquen rotaciones de cultivo, con lo cual podría ararse cada cuatro años. Si hace esto, es mejor hacerlo en un cuarto del medio acre.