Marcela Riquelme ha presentado al mundo sus hermosos diseños en joyería, los cuales considera son manifestaciones de pertenencia y memoria.
Todos buscamos una distinción, buscamos vernos fuertes, elegantes, y además buscamos obtener un recuerdo que forme parte de nuestra vida.
Todas las prendas que decidimos usar día con día, transmiten parte de lo que somos, y muestran al mundo, cual es nuestra personalidad.
Una de las mejores formas de lograr esa identidad, son esas piezas pensadas para trascender a través del tiempo.
Adoria ha entendido esto y se ha dedicado a crear una joyería capaz de conectar con quien la porta, logrando ser capaz de convertirse en parte de esa persona, haciendo una fusión con su propia identidad.
Marcela Riquelme es la diseñadora detrás de dicho proyecto, el cual está a punto de cumplir 5 años.
Como todo en la vida, el camino no ha sido fácil, se ha encontrado con pruebas y obstáculos, pero los errores las han impulsado a no rendirse, y crear así una marca capaz de llevar a sus clientes por un viaje a esos momentos emblemáticos de sus vidas.
En entrevista con Players Of Life, Marcela Riquelme nos cuenta como ha sido su camino junto a Adoria.
“A mí lo que me encanta de las piezas de joyería es que tienen un significado personal (…) mi intención con la creación de esta marca, es que la pieza logre conectar, logre llevar un recuerdo contigo, logre consciente o inconsciente tener un significado”, expresa Marcela Riquelme.
La diseñadora afirma que el momento de elegir una pieza en ocasiones puede pasar desapercibido, pero después de forma invariable, dicha pieza nos llevará a algún recuerdo.
Y es verdad, las joyas están presentes en muchos momentos de nuestras vidas. Cuantos de nosotros no tenemos el anillo que perteneció a la abuela, la cadena que perteneció a nuestra madre. Es ahí, donde Riquelme da justo en el blanco con Adoria, pues sus diseños nos dan la oportunidad de una trascendencia.
El inicio del camino al éxito de Adoria
La joyería fue justamente la especialidad que la atrajo a terminar sus estudios en el Tec de Monterrey Campus Laguna.
“Mi carrera no estaba completa en Saltillo, tenía dos opciones, irme a Monterrey o regresarme a Torreón. Me decido por Torreón porque siempre tuve la inquietud y en el campus estaba el diplomado de Joyería”.
Como pasa con muchos emprendedores, Adoria nace en los días de estudiante, cuando Marcela puso parte de sus conocimientos a la práctica.
Nace para formar parte de nuestra personalidad
“Como diseñador en la carrera te enseñan diseño, pero como emprendedor tienes que aprender otras áreas (…) empiezas con una idea fija y ha sido una dinámica de ir modificando, ir cediendo, ir conociendo y brindando al cliente lo que realmente busca y necesita”, resalta en la entrevista.
A lo largo de su trayectoria, cada detalle le ha permitido aprender a identificar la personalidad de quien busca sus piezas.
Una marca que se ha sabido empoderar
Nada es fácil, y mucho menos gratis. Marcela ha sabido buscar su propio camino, y a pesar de lo malo que se ha presentado, ella se ha empoderado y ha seguido adelante.
Debido a la falta de manufactura de joyería que existía en la región, Marcela Riquelme se puso como objetivo contratar a mujeres, a quienes se les capacitaría en la actividad.
“Me llena mucho el estar cumpliendo el objetivo que desde un inicio me había marcado, el de empoderar a otras mujeres, darles un conocimiento que se quedará con ellas”.
Cuenta con el apoyo de sus colaboradores
Desde la concepción de la idea fue respaldada por Juan Diego Honojosa, quien es el director de la Incubadora de Empresas del Tecnológico de Monterrey Campus Laguna.
Además, Sergio Carranza, mejor amigo de Marcela, es otro personaje clave en Adoria.
“Él llego en un momento complicado de la marca, yo estaba punto de cerrar y me apoyo hasta llegar a este crecimiento”, expresa.
Juntos se han convertido en un balance que ahora se refleja en la isla ubicada en Galerías Laguna y en Showroom ubicado en Paseo Milex.
En el último período Adoria ha empezado a fortalecer sus ventas por Internet y está enfocada en tener una mayor interacción con sus clientes.
Dentro de sus planes para el futuro inmediato, también se encuentra el sector corporativo.
“Me gustaría indagar el sector corporativo, la joyería corporativa. En algunas empresas tienen unos esquemas de reconocimientos a los empleados y es ahí donde me gustaría ofrecerles un producto diferente”, comenta Riquelme.
La llegada de André, hijo de Marcela, también marcó un antes y un después. Cuenta que las piezas creadas en ese período tienen un significado especial y son el reflejo de esa etapa tan significativa.
“Me siento muy orgullosa, saber que a pesar de todo lo que hubo en el camino, ahorita ya estamos en un paso firme y constante para seguir avanzando”.
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