
Transformaciones, amarres, cura del mal de amores, son algunas de las cosas que se les atribuyen a las brujas, en Saltillo esto pasó…
Existen miles de mitos y leyendas alrededor de las brujas, que comen niños, que se trasforman en lechuza, que se transforman en gato. Incluso muchos dicen que su vecina es bruja, aunque sospecho que es más por insulto que por ligarla con algo paranormal. En Saltillo antiguo hubo 4 mujeres acusadas de brujería…
Sea como sea, la creencia en las brujas es demasiado antigua, y como en toda sociedad católica, en Saltillo también creen en las brujas. ¿Y porque hablo de sociedades católicas? Finalmente el bien y el mal siempre van ligados, lo divino y lo demoniaco van a la par como un matrimonio de años, no pueden llevarse bien, pero tampoco pueden separarse.
Cuando pensamos en la Santa Inquisición se nos vienen a la mente todos aquellos instrumentos con los que torturaban. Hasta pensamos que es algo paranormal, creo que podríamos pensar en el alma en pena de todos aquellos que murieron torturados en estos instrumentos: Herejes, como les llamaba la Iglesia.
¿Había brujería en México?
En México, estos casos eran tratados por el Tribunal del Santo Oficio, y aunque hubo pocos casos, si se detectaron algunos en los que tuvo que intervenir. La Inquisición y en este caso el Tribunal del Santo Oficio también investigaban los casos de brujería.
El Tribunal del Santo oficio en Nueva España, se fundó en 1571, su principal tarea era defender a los fieles de caer en prácticas idolátricas y heréticas. Entre ellas eran consideradas muchas costumbres del mundo indígena (por ejemplo, recurrir a chamanes y curanderos).
También eran llevados al tribunal todos aquellos acusados de faltas a la moral incurriendo en actos como la poligamia, la bigamia y delitos contra la castidad y la pureza (razón por la que no estar en matrimonio religioso era grave). A esto también se agregaban los blasfemos y quienes leían los libros prohibidos.
Realmente aplicaron pocos castigos graves en Nueva España, normalmente los sentenciaban a pasar vergüenza pública, asistencia a misas o reclusión en centros religiosos. De acuerdo a datos recabados en el Archivo General de la Nación en toda Nueva España, durante el tiempo que operó el tribunal del Santo Oficio, juzgaron solo a 300 personas de las que únicamente 43 fueron sentenciadas a morir en la hoguera.
¿Cómo eran juzgados?
Antes de esto es necesario explicar cómo es que se llevaba a cabo un juicio por el tribunal del Santo Oficio. Primero era necesario acusar al implicado y se podía hacer de tres maneras: por acusación directa de un delator que ofrecía pruebas y el acusado nunca sabía quién lo acusaba. La segunda manera era cuando alguien juraba por Dios y la cruz de saber que alguien estaba cometiendo actos heréticos. En tercer lugar, porque a voces se sabía y el inquisidor investigaba.
En todos los casos, cuando la acusación se levantaba debía ser ante un escribano para que el anotara todo lo que se decía. Además, una vez iniciado el proceso este debía realizarse lo más rápido posible y sin hacer tanto escándalo. Los familiares solo podían acudir a declarar en caso de que sus palabras fueran en contra del acusado.
Del mismo modo los acusados, una vez comprobado su crimen contra la Iglesia, podía redimirse de tres modos. Con el primero juraban que no recaerían o las penas serían más graves, el segundo era permanecer en la cárcel durante cierto tiempo o permanecer en la puerta de la iglesia durante la misa mayor con una vela encendida. El tercer modo de redimirse era llevar un sambenito y exhibirse en la puerta de la iglesia en los días de fiesta.
Además, confiscaban sus bienes para la manutención y decoro del Santo Oficio. Cuando los inculpados jamás aceptaban sus delitos los castigaban, y algunos de los casos eran condenados por muerte en la hoguera. Este castigo es el más conocido a nivel mundial para las brujas.
En Saltillo…
Los casos registrados en Saltillo no llegaron a la hoguera, y gracias al historiador Alan Caballero Barrera podemos conocer cómo el Tribunal del Santo Oficio entre 1665 y 1670 enjuició a cuatro mujeres. Fueron Francisca de la Cerda, Catalina de San Miguel, Magdalena de San Miguel y Mariana de la Fuente.
Las acusaciones estaban relacionadas, el juicio contra ellas empezó tras las declaraciones de Gerónima de Sotomayor y María de Voz Mediano y Sotomayor. La primera acudió a declarar “para descargar su conciencia”, que había recurrido a prácticas mágicas recomendadas por tres de estas mujeres para deshacer el amorío entre su marido y Francisca de la Cerda. Su hija es decir María respaldó todo lo dicho por su madre Gerónima.
Ambas acusaban de que el ya difunto Manuel de Voz Mediano engañaba a Gerónima con Francisca de la Cerda, una joven de 20 años. Para poder seducirlo Francisca recurrió a hacer “amarres” usando fluidos corporales y desechos de sus uñas.
Ante esto, la tía y prima de Francisca, Catalina y Magdalena de San Miguel, así como Mariana de la Fuente (todas de entre 40 y 50 años), le recomendaron varias medidas “mágicas”. Con la intención de deshacer el amorío entre su esposo y Francisca.
Entre estos rituales le recomendaron moler huesos de difunto y ponérselos en la ropa a Manuel, pero esto no funcionó. Le recomendaron lavarse las partes íntimas y las axilas y darle a beber esa agua a su marido, o ponerle un polvo echo con gusanos y hierbas en la ropa interior.
Hechizos para el mal de amores
Durante las averiguaciones, surgió la información de que Mariana si tenía fama de bruja tanto en Saltillo como en el pueblo de tlaxcaltecas. Respecto a Francisca de la Cerda, dos personas declararon saber que era una mujer de buenas costumbres. Sin embargo, también hubo declaraciones que la acusaban de usar huesos de difuntos para salir con un hombre casado.
Todas las mujeres eran muy pobres, y Géronima y María de Voz Mediano estaban prófugas por el asesinato de su esposo y padre. Todas las mujeres gozaban de buena fama y eran parteras excepto Mariana de la Fuente quien si tenía fama de bruja.
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Por lo que la investigación se guío en torno a Mariana de la Fuente. Sin embargo, se detuvo tras su muerte en 1670 durando cinco años y sin condenar a nadie a la hoguera. Como vemos, el recurrir a la hechicería y brujería por el mal de amores no es algo actual, existe desde hace mucho y en Saltillo. ¿Y tú recurrirías a esto para recuperar a tu ser amado?
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