CELEBRACIÓN DE INDEPENDENCIA, ENTRE AUSENCIAS Y RECONOCIMIENTOS

Del júbilo del primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, al frente de la celebración del aniversario del inicio de Independencia de México, a un Zócalo con ausencia del pueblo y de luto nacional por las pérdidas de vidas por la pandemia del Covid-19, así se conmemoraron los 210 años de vida independiente de México.

La ceremonia que encabezó el mandatario tabasqueño el 15 de septiembre, lanzó 20 vivas que no fueron replicados por la multitud. En el desfile militar no hubo rostros maquillados con los colores de la bandera de México, ni las filas de familias a lo largo de 5 de mayo y Paseo de la Reforma desde Palacio Nacional hasta Campo Marte.

En esta ocasión, el único público para el paso de las fuerzas armadas, fueron algunos funcionarios del gobierno federal y medios de comunicación que vieron pasar.

El vacío de la plancha del Zócalo capitalino se vistió entre un mapa iluminado de México con una figura de antorcha, llamada “la llama de la esperanza”, y al siguiente día, con los vehículos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, con el distintivo de unidades médicas en representación de quienes atendieron a pacientes con esta nueva enfermedad en el mundo.

Ninguna agrupación de fuerzas armadas marchó. En 82 vehículos entre tanquetas, autos y en 66 caballos pasaron 666 elementos, 15 civiles. En el espectáculo aéreo, participaron 54 aeronaves.

La ausencia de mexicanos en el primer cuadro de la capital del país, fue reconocida por el Jefe del Ejecutivo federal por ser una demostración de responsabilidad de evitar aglomeraciones que pudieran provocar brotes de contagios de Covid-19.

El minuto se silencio, cada día y el izamiento de bandera a media asta, fueron los distintivos de la contingencia sanitaria que cambió las formas de celebración y las actividades a nivel mundial.

De los 20 vivas lanzados por el presidente López Obrador, tres fueron nuevos recordatorios: “¡Viva la fraternidad universal! ¡Viva el amor al prójimo! ¡Viva la esperanza en el porvenir! ¡Viva México!”, se escuchó con eco prolongado desde Palacio Nacional.

Militares debajo del balcón presidencial acompañaron las arengas.

No se logró el objetivo se reunir a 500 personas para representar las 32 entidades del país; fue la música la encargada de recordar en cada nota el folclor de cada región del país. El espectáculo pirotécnico dio luz a todos los ritmos y latitudes musicales.

El día del desfile militar, el presidente no habló, fue la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero quien dirigió el discurso dedicado a 58 trabajadores del sector salud, en su calidad de presidenta del Consejo de Premiación, en la entrega de la Condecoración Miguel Hidalgo, en Grado Collar, la más alta presea concedida por el Estado Mexicano.

“La nación les reconoce su heroísmo y su compromiso, pues tal acto de autosacrificio y amor por el prójimo, expresa de manera clara, los valores que nuestro país ha enarbolado a lo largo de su historia”, señaló la funcionaria.

Detalló que “representan los más altos ideales de esta Cuarta Transformación de la vida pública de México que se nutre de patriotismo y la entrega desinteresada de ciudadanas y ciudadanos heroicos”.

Los trabajadores condecorados vieron perderse vidas a causa de un nuevo virus, vieron pacientes recuperarse, lo que han tomado como una compensación al sacrificio de dedicarse de tiempo completo, durante seis meses de la pandemia en México.

“Celebramos su heroísmo, su solidaridad y valentía, su sentido del deber como profesionales de la salud, su actitud en la última línea de combate contra esta nueva enfermedad. Y digo la última, porque la prevención debería ser la primera”, dijo la funcionaria federal.

Sánchez Cordero reconoció, que “hemos perdido vidas, es cierto, pero también lo es que gracias a estas mujeres y hombres valientes, se han logrado rescatar muchas, muchas otras”.

La secretaria destacó una reflexión: “El cálculo no hace al héroe’, decía un cardenal y escritor inglés, John Newman, y cuánta razón tenía, porque así, sin cálculo, sin reserva, jugándose la vida minuto a minuto han actuado muchos servidores públicos del gobierno federal y muchas otras personas en distintos ámbitos durante esta pandemia COVID-19”.

El futuro es siempre incierto, insistió la secretaria, “pero estoy convencida de que si ese futuro está en las manos de los profesionales, como los condecorados de hoy, entonces es un futuro por el que vale la pena luchar, porque es uno lleno de valores, de fraternidad, de honorabilidad y de una sociedad civil solidaria”.

México registra 71 mil 978 defunciones por Covid-19; 680 mil 931 casos acumulados; y 79 mil 622 continúan como sospechosos.