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EL TRADICIONAL BELÉN DEL PRÍNCIPE EN EL PALACIO REAL DE MADRID

El Belén napolitano del Palacio, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, es el patrón de la iconografía belenística en España. Conforme a la tradición de los presepi napolitanos, cada año se incorporan “novedades” en torno a las cuales gira su composición.

En esta Navidad, el Rey Carlos IV y su época constituyen la temática predominante, al cumplirse en 2019 el segundo Centenario de la muerte de este monarca, incluyéndose su figura y escenas de los tapices de Goya.

En el Belén también ocupan un lugar destacado las fachadas de los Monasterios Reales de Las Descalzas y La Encarnación, con motivo de la celebración en Palacio de la exposición dedicada a ambos cenobios.

Junto a la fachada de estos Monasterios se encuentran presentes las monjas de clausura correspondientes a dichos espacios, religiosos y palaciegos, de los Austria españoles, que en el caso de Las Descalzas son clarisas franciscanas, y en La Encarnación agustinas recoletas.

Además, otra de las escenas novedosas del Belén muestra a un grupo de geógrafos y hombres de ciencia, junto a su carabela y el mapa con la ruta de Magallanes, en referencia al sexto centenario de este viaje.

La pieza principal del Belén, el Misterio, reproduce el zaguán principal del Palacio Real de Madrid. Además, destaca un caserío napolitano donde se disponen diversas escenas de la vida cotidiana y diferentes actividades, el mercado callejero y la taberna.

Por su parte, la figura del Rey Carlos IV, vestido con uniforme de coronel de las Reales Guardias de Corps, tal y como lo retrató Goya en 1799, se encuentra junto a la de su esposa, la Reina María Luisa de Parma.

El monarca también aparece reflejado, a lomos de su caballo, a través de una estatua ecuestre. Otras piezas curiosas son las réplicas de los bancos de los jardines de La Granja de San Ildefonso, la miniatura de la silla de manos que perteneció a la Reina Bárbara de Braganza o el templete circular del estanque de los Chinescos del Jardín del Príncipe del Real Sitio de Aranjuez.

Las figuras del Belén son piezas móviles para poder adecuar cada una de ellas a la escena que interesa representar. Las napolitanas están realizadas a la manera tradicional: cuerpo de alambre y estopa, cabeza de barro y extremidades en madera, vestidas con ricas telas, mientras que las genovesas son articuladas, con sistema de rótulas, pero todas talladas en madera y vestidas con tejidos suntuosos.

En 1845, un pintor del prestigio de Vicente López fue el encargado de la disposición escenográfica del Belén, contando para ello con la colaboración de todos los oficiales de Palacio.

Hoy en día, conservadoras, restauradores y técnicos de Patrimonio Nacional son los encargados del montaje, escenografía y de la elaboración de los elementos necesarios para las efemérides que se representan cada Navidad.

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