El presidente Andrés Manuel López Obrador dirigió su mensaje con motivo del primer año de gobierno en el zócalo de la Ciudad de México, donde aseguró que ha cumplido 89 de los 100 compromisos que hizo cuando tomó protesta.
“Es indudable que estos primeros 12 meses hemos avanzado mucho, pero aún estamos en un proceso de transición, todavía lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no termina de nacer”, afirmó.
También señaló que “no estamos jugando, no estamos simulando. Está en marcha una nueva forma de hacer política, un cambio de régimen. Ya no es más de lo mismo, ahora nos guiamos por la honestidad, la democracia y el humanismo”.
Para consolidar la obra de transformación, dijo que necesita un año más, por lo que el próximo diciembre, cuando ofrezca el mensaje por su segundo año de gobierno.
“Ya estarán establecidas las bases para la construcción de una patria nueva. Para entonces, ante cualquier circunstancia, será prácticamente imposible regresar a la época de oprobio que significó el periodo neoliberal o neoporfirista”, dijo.
El cambio que prevé el mandatario federal será que la oposición a su gobierno ya no podrán revertir los cambios.
Ante esta afirmación, parafraseó al expresidente Benito Juárez: “‘El triunfo de la reacción es moralmente imposible’”.
Insistió: “Tendrían que esforzarse muchísimo y pasar mucha vergüenza para retroceder a los tiempos aciagos de la corrupción, de los contratos leoninos, de la condonación de impuestos, de los fraudes electorales, del abandono a los jóvenes, del racismo, del desprecio a los pobres y del ‘mátalos en caliente’”.
Insistió que en 12 meses más espera que se pueda vivir en una sociedad mejor, más libre, justa, próspera, democrática, pacífica y, sobre todo, dijo, fraterna.
El mandatario federal habló de los cambios legislativos que se han dado en este primer año de gobierno, entre ellos, la reforma educativa del expresidente Enrique Peña Nieto; así como determinar como delito grave la corrupción y el robo de combustible, además del fraude electoral.
“En los hechos, pues, estas modificaciones configuran una nueva Constitución, que refleja las demandas y la voluntad del pueblo que decidió emprender la Cuarta Transformación de la vida pública del país de manera legal, democrática y pacífica”, concluyó.
También se dirigió al pueblo como su “ángel de la guarda”, debido a que “Yo sólo soy un dirigente. El pueblo es el gran señor, el amo, el soberano, el gobernante, el que verdaderamente manda, gobierna y transforma”, exclamó.
Las grandes modificaciones legislativas que celebró el presidente López Obrador fueron:
Combate a la corrupción.
Austeridad Republicana.
Extinción de Dominio para recuperar y devolver al pueblo lo robado.
Prohibir la devolución de impuestos.
Clasificación del robo de combustibles.
Evasión fiscal y el fraude electoral como delitos graves.
Eliminación del fuero al presidente para que pueda ser juzgado en funciones por cualquier delito.
Revocación de mandato.
Consulta popular.
Nueva ley laboral.
Garantizar a todos los mexicanos la atención médica y los medicamentos gratuitos.
Cancelación de la reforma educativa.
Facultad para que elementos del Ejército y la Marina participen en tareas de seguridad pública y que instituye la Guardia Nacional.
Una reforma enviada al Congreso para elevar a rango el derecho a las pensiones de adultos mayores y de personas con discapacidad, así como las becas a estudiantes pobres en todos los niveles de escolaridad.
Según cifras oficiales, a la plancha del Zócalo capitalino asistieron 250 mil personas y cerca de 3 mil elementos de Seguridad Pública de la Ciudad de México resguardaron dicho evento.