Las probabilidades indican la segunda, pues es de esperarse que exista un temor a los insultos, la segregación, burlas, o peor aún los contratos que no puedan conseguir. Al parecer el salir del closet sería una garantía de terminar su carrera en el deporte.
“Evidentemente hay deportistas gays en todas las ligas, pero la homofobia está latente en todos lados. El miedo sigue estando en el deportista por los insultos que pueda recibir con sus compañeros de vestuario y los contratos que pueda perder. De hecho, las propias organizaciones impiden que salgan para no perder patrocinios” , apunta Gutiérrez, jugador de la selección española de waterpolo, quien es gay.