“Fue un asesinato a sangre fría, yo quiero que hagan justicia y que pague por lo que hizo”, manifestó la madre de la víctima.
Una joven madre de 18 años con origen hispano, fue declarada con muerte cerebral el pasado 1 de octubre después de haber recibido un disparo por parte de un policía escolar el 27 de septiembre en Long Beach, Los Ángeles, Estados Unidos.
La madre de un bebé de cinco meses de edad fue identificada como Manuela “Mona” Rodríguez y según los informes, se vio involucrada en un enfrentamiento con una joven de 15 años cuando los hechos sucedieron.
Ante el reporte de una pelea, un oficial escolar no identificado llegó hasta las calles Spring Street y Palo Verde Avenue, en el lugar el policía logró detener el enfrentamiento, sin embargo Manuela Rodríguez abordó un carro donde se encontraba su novio, Rafeul Chowdhury, y su cuñado, un menor de edad.
Mientras esto sucedía, otro policía se acercó al carro, y este arrancó muy cerca del uniformado, siendo el momento cuando el oficial escolar disparó en dos ocasiones contra el auto. Los bomberos arribaron minutos después encontrando a Rodríguez con una herida de bala “en el tórax”, información que fue confirmada por el portavoz del Departamento de Policía, Brandon Fahey, y luego desmentida por la familia de la víctima, quienes señalaron que la bala ingresó a la cabeza.
“Fue un asesinato a sangre fría, yo quiero que hagan justicia y que pague por lo que hizo”, manifestó la madre de la víctima, Manuela Sahagún.
El viernes finalmente declararon a la joven madre con muerte cerebral y será desconectada del soporte vital ante las pocas esperanzas sobre su mejoría, informó la defensa legal de la familia, Luis Carrillo.
Familia y comunidad hispana exigen justicia por las acciones del oficial, mientras que el mismo se encuentra en licencia administrativa pagada mientras se realiza una investigación de los hechos.