RECUERDAN A RAFAEL TOVAR Y DE TERESA

Rafael Tovar y de Teresa, diplomático, abogado e historiador, pero también padre y amigo, así lo retratan, con innumerables anécdotas y análisis de su labor en la revista Inundación Castálida, como un homenaje a tres años de su muerte. Durante la presentación de este número especial en la Universidad del Claustro de Sor Juana, su hijo Rafael Tovar López-Portillo afirmó que este no es un homenaje oficial o público, sino un acto en familia y amigos en memoria de su padre, quien murió un 10 de diciembre de 2016.

“Muchas cosas podría decir: no sólo fue mi padre, sino también mi amigo, consejero, maestro, compañero de viaje y cómplice en incontables experiencias. Podría hablar del funcionario público, del creador de instituciones, del promotor cultural, del novelista, del historiador, del melómano, del diplomático, del intelectual o del padre. Me resulta imposible deslindar la vida personal de mi papá, de la profesional, pues para él, su trabajo fue siempre un placer que compartía con su familia”.

En su oportunidad, el escritor Ricardo Cayuela comentó que este acto es muy significativo en un día en el cual la intolerancia apareció en Bellas Artes, situación que Tovar y de Teresa —seguramente— criticaría al reinvindicar la libertad creativa y el derecho de presentar el arte desde la diversidad. “Hoy hubo una revuelta de un grupo de protesta por un cuadro de Zapata, y si el maestro estuviera aquí, seguramente defendería la libertad creativa”.

En tanto, Edgardo Bermejo, quien fuera director de Publicaciones cuando Tovar y de Teresa estuvo al frente de Conaculta, aseveró que Rafael vivía la cultura como las plantas desde la fotosíntesis, “no era una moda, no una escalera social ni mucho menos un pasatiempo. Tampoco un disfraz: era su forma de estar en el mundo”.

Durante el evento también se llevó a cabo un recital a cargo del violinista Adrián Justus y la pianista Guadalupe Parrondo, quienes interpretaron “Tres danzas tarascas”, de Miguel Bernal Jiménez; “Suite para violín y piano”, de Manuel Enríquez, y “Tres piezas para violín y piano”, de Silvestre Revueltas, entre otras composiciones.