
La banda costarricense Abäk lanzó durante este mes su segundo larga duración titulado El canto de las lapas (2020), un álbum conceptual de siete piezas que cuenta historias sobre la conquista española y diversas narraciones folclóricas de su país, como “La Bruja Zárate”, o personajes de la mitología talamanqueña, como Iriria.
La producción es una continuación natural de su disco debut, El Tambor de Sibö (2018), con la peculiaridad de que en esta ocasión le han dado un toque más pesado a las composiciones, abarcando momentos con mayor distorsión y generando más líneas rápidas y melódicas.
Para este nuevo disco la agrupación contó con la participación de músicos invitados: la voz de José Mancheño Arenas, proveniente de la banda española Lándevir; la chelista Sonia Bruno de la banda Ardens Luna; el cantante Eduardo Doryan de Thunderborne, y Eduardo Oviedo en la flauta, de la banda folclórica Peregrino Gris.
Aunque compositivamente Abäk logró dar un paso hacia adelante con canciones más trabajadas de distintos momentos y diferentes matices, no se puede decir lo mismo de la producción; igual que su antecesor, se nota un sonido muy austero, que hace pensar más en un demo que en un disco de larga duración formal.
Contrario al sonido, las letras brillan por sus contenidos; todas están escritas en español y utilizan recursos operísticos donde diversos personajes interactúan y dialogan, haciendo de El canto de las lapas un disco casi educativo; esto se ejemplifica con la pieza homónima del disco, que es una narración épica sobre el líder indígena Pablo Presbere, Rey de Suinse, y a quien se le dedica la portada del álbum.
A pesar de su mejorable producción, El canto de las lapas es un gran testimonio de la escena costarricense, no sólo por su música sino por todo lo que hay atrás de Abäk, que además de ser una banda, sus integrantes también han escrito cuentos y muestran un constante interés por preservar y difundir los mitos, tradiciones y cosmovisión originaria de su país.