BAILARINES CON DISCAPACIDAD MOSTRARON SUS HABILIDADES

Ejemplo de fuerza y perseverancia fue lo que los integrantes de ILL-Abilities Crew —dirigidos por el canadiense Luca “Lazylegz” Patuelli— mostraron por medio del baile a quienes asistieron al Teatro de la Ciudad durante la noche del miércoles, reafirmando  —a través de Dis-connect— que las excusas y los límites no son válidos, pues sus distintas discapacidades físicas no han sido impedimento para bailar desde el género del breakdance.

Uno de los integrantes protagonizó una lucha dancística consigo —primero en silencio, luego con música— pero cuando parecía darse por vencido, un compañero apoyado en muletas apareció para motivarlo a ponerse en pie, todo en un diálogo corporal; después, solo permaneció éste, en cuya coreografía rechazaba el soporte que le daban las muletas y en torno a ellas hacía giros y parados de manos y cabeza, hasta que las aceptó como parte de él y las usó para dar saltos.

Siguió el turno de Sergio Carvajal, un bailarín sin piernas quien observaba con pesadez el reflector que lo deslumbraba, luego, el peso se hizo mayor con la lluvia que asemejó la música mientras él yacía tendido hasta que se levantó, se quitó la sudadera y con toda la fuerza de sus brazos realizó una serie de poderosos giros; al finalizar la función, sostuvo en sus manos una playera con la leyenda “Fuerza pueblo de Chile”, en apoyo a su país natal (el cual actualmente atraviesa una difícil situación).

Después otro de los integrantes —despojado de sus muletas— ofreció una especie de baile contemporáneo donde mostró bastante equilibrio; al igual que lo hizo el compañero que lo relevó en el escenario, quien dio giros sorprendentes y culminó con un mortal hacia atrás cayendo sobre su única pierna. Cada una de las actuaciones fueron aplaudidas, pero se unificaron al final con todos los participantes bailando en el escenario, a quienes los asistentes celebraron de pie.

Más tarde, en la pantalla apareció la historia de Jung Soo Lee, quien tras un accidente en una práctica quedó paralizado y aunque el doctor advirtió que quedaría paralítico, no sólo volvió a caminar, sino que de nuevo anduvo en bicicleta y volvió a las competencias da baile en su país de origen —Corea—, tras lo cual, en el escenario y al ritmo de jazz, dio una muestra de lo que ahora puede hacer.

Jung se quedó al centro en un círculo de luz, mientras sus compañeros Luca, Sergio, Jacob Lyons (de Estados Unidos), Lucas Machado (Brasil), Redouan Ait Chitt (Países Bajos) y Samuel Henrique da Silveira (Brasil), fueron apareciendo y rodeándolo, tras una especie de batalla de baile, la cual continuó en el último número con retos dancísticos y bailes sincronizados en dúo: demostrando así que todo paso, giro o salto, podían hacerlo cualquiera de ellos sin importar las dificultades físicas.

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