OBESIDAD INFANTIL: LA MUERTE MÁS CERCANA

Estar obeso pasó de ser un atributo de buen ver en los niños, a ser un verdadero problema de salud. La obesidad infantil es una enfermedad grave que no sólo se caracteriza por el aumento de peso corporal (exceso de grasa en el cuerpo y menor cantidad de tejido muscular), sino como una enfermedad metabólica crónica y de gran repercusión en la salud.  

Según la OMS, a nivel mundial, México tiene el primer lugar en obesidad infantil. A este problema se le adjudica a la condición de pobreza y desinformación en torno temas de alimentación y salud, pues resulta más fácil y barato comprar comida alta en carbohidratos (generalmente comida chatarra), que alimentos altos en nutrientes y proteína.

En Coahuila, cuatro de cada 10 niños de primaria tienen sobrepeso u obesidad, según cifras de la Secretaría de Educación Pública, indican que el estado tiene una prevalencia a nivel estatal de 37.4 % de sobrepeso y obesidad en población escolar.

Así mismo, es el segundo estado con mayor taza de mortalidad por diabetes.

La obesidad infantil es particularmente problemática debido a que el peso adicional suele provocar que los niños comiencen a tener problemas de salud, como diabetes, presión arterial alta y colesterol alto. Muchos niños obesos también tienen obesidad en la adultez, especialmente si uno o ambos padres son obesos.

Datos de la UNICEF, detalló que 1 de cada 10 niños menores de 5 años padecen desnutrición, mientras que uno de cada 3 niños de 6 a 11 años tiene obesidad o sobrepeso. La obesidad infantil también puede generar baja autoestima y depresión.1

Una de las mejores estrategias para reducir la obesidad infantil es mejorar los hábitos de alimentación y ejercicio de toda la familia. El tratamiento y la prevención de la obesidad infantil ayudan a proteger la salud de tu hijo tanto ahora como en el futuro.

SÍNTOMAS Y CARACTERÍSTICAS

No todos los niños con kilos de más tienen sobrepeso u obesidad. Algunos niños tienen estructuras corporales más grandes que la estructura promedio. Además, los niños normalmente almacenan diferentes cantidades de grasa corporal en las distintas etapas de desarrollo. Por lo tanto, es posible que no sepas a simple vista si el peso es un problema de salud para tu hijo.

El índice de masa corporal (IMC), que proporciona una referencia de peso en relación con la altura, es la medida aceptada del sobrepeso y la obesidad. El médico de tu hijo puede usar las tablas de crecimiento, el IMC y, si es necesario, otras pruebas para ayudarlo a determinar si su peso puede plantear problemas de salud.

Las principales causas de la obesidad infantil están relacionadas con el estilo de vida (como hacer muy poca actividad y consumir alimentos y bebidas con muchas calorías) son los principales causantes de la obesidad infantil. Sin embargo, algunos factores genéticos y hormonales también podrían tener un papel importante. Por ejemplo, en investigaciones recientes, se ha descubierto que los cambios en las hormonas digestivas pueden afectar las señales que te hacen sentir que estás satisfecho.

FACTORES DE RIESGO

Muchos factores, que generalmente funcionan conjuntamente, aumentan el riesgo de que los niños tengan sobrepeso:

Si los niños comen alimentos con alto contenido calórico, como comidas rápidas, productos horneados y bocadillos de máquinas expendedoras, puede aumentar de peso. Los dulces y los postres también pueden causar aumento de peso, y cada vez hay más evidencia que apunta a las bebidas azucaradas, inclusive los jugos de fruta, como culpables de la obesidad en algunas personas.

Los niños que no hacen mucho ejercicio tienen más probabilidades de aumentar de peso porque no queman muchas calorías. También contribuye al problema, pasar demasiado tiempo dedicado a actividades sedentarias, como mirar televisión o jugar videojuegos.

Si el infante proviene de una familia de personas con sobrepeso, es más probable que suba de peso. Esto es cierto en un entorno donde siempre hay alimentos disponibles que son ricos en calorías y no se fomenta la actividad física.

El estrés personal, parental y familiar puede aumentar el riesgo de un niño de padecer obesidad. Algunos niños comen en exceso para enfrentar los problemas o para lidiar con las emociones, como el estrés, o para combatir el aburrimiento. Sus padres pueden presentar tendencias similares.

Las personas de algunas comunidades tienen recursos limitados y acceso limitado a los supermercados. Como resultado, es posible que compren comidas semipreparadas que no se echen a perder rápidamente, como las comidas congeladas, las galletas saladas y las galletas dulces. Además, puede que las personas que viven en vecindarios de bajos ingresos no tengan acceso a un lugar seguro para hacer ejercicio.

COMPLICACIONES Y ENFERMEDADES

Diabetes tipo 2. Esta enfermedad crónica afecta la forma en que el cuerpo de tu hijo utiliza el azúcar (glucosa). La obesidad y un estilo de vida sedentario aumentan el riesgo de diabetes tipo 2.

Síndrome metabólico. Este grupo de enfermedades puede poner a tu hijo en riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes u otros problemas de salud. Las enfermedades incluyen presión arterial alta, azúcar en la sangre alta, triglicéridos altos, colesterol de lipoproteínas de alta densidad bajo (“bueno”) y exceso de grasa abdominal.

Colesterol alto y presión arterial alta. Una mala alimentación puede hacer que tu hijo desarrolle una o ambas enfermedades. Estos factores pueden contribuir a la acumulación de placas en las arterias, lo cual puede hacer que las arterias se estrechen y se endurezcan, lo que podría conducir a un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular en el futuro.

Asma. Los niños con sobrepeso u obesos pueden tener más probabilidades de sufrir asma.

Trastornos del sueño. La apnea obstructiva del sueño es un trastorno potencialmente grave en el que la respiración de un niño se detiene y vuelve a comenzar repetidamente durante el sueño.

Enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Este trastorno, que generalmente no causa síntomas, hace que se acumulen depósitos de grasa en el hígado. La enfermedad del hígado graso no alcohólico puede conducir a cicatrización y daño hepático.

Fractura de huesos. Los niños obesos tienen más probabilidades de sufrir quebraduras de huesos que los niños con un peso normal.

Por otra parte,los niños con obesidad sufren rechazo, muchas veces sus compañeros se burlan de ellos y los hostigan, como resultado, estos sufren una pérdida de la autoestima y tienen un mayor riesgo de sufrir depresión. La baja autoestima puede crear sensaciones abrumadoras de desesperanza que pueden provocar depresión en algunos niños que tienen sobrepeso.

Así mismo,los niños con sobrepeso tienden a tener más ansiedad y menos habilidades sociales que los niños de peso normal.

¿QUÉ HACER PARA PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL?

Si observas que tu hijo tiene riesgo de sobrepeso, puedes adoptar medidas para corregirlo o mantenerlo en el camino correcto.

  • Limita la cantidad de bebidas azucaradas que toma tu hijo, o evítalas por completo.
  • Dale muchas frutas y verduras.
  • Come en familia tanto como sea posible.
  • Limita la cantidad de veces que comen fuera de casa, en especial en restaurantes de comida rápida; cuando lo hagan, enseña a tu hijo a elegir las opciones saludables.
  • Adapta los tamaños de las porciones según la edad.
  • Limita las horas frente a la televisión o a una pantalla a menos de 2 horas al día para los niños mayores de 2 años y no permitas que los niños menores de 2 años vean televisión.
  • Asegúrate de que tu hijo duerma lo suficiente.

Si estás preocupado porque tu hijo está aumentando demasiado de peso, consulta con su médico y asegúrate de que tú hijo visite al médico al menos una vez al año. El médico tendrá en cuenta los antecedentes de crecimiento y de desarrollo, los antecedentes familiares de la relación entre peso y altura, y la ubicación de tu hijo en las tablas de crecimiento. Esto puede ayudar a determinar si el peso de tu hijo se encuentra dentro de un rango no saludable.

INFORMACIÓN: UNICEF Y OMS